El CACI utiliza una pequeña microcorriente que ayuda a tonificar, realzar y reeducar los músculos a su posición original. La cara tiene más de treinta músculos situados bajo la superficie cutánea, que están conectados directamente con ella. Al estimular los músculos, estos se contraen o se expanden. Es la dirección del estímulo la que determina la reacción y esta dirección es provocada por la posición de las sondas sobre el músculo. En cualquier caso, la firmeza se restablece a través de un proceso no quirúrgico que corrige la flacidez muscular, que a su vez corrige la flacidez de la piel. El tratamiento también estimula la circulación sanguínea, lo que ayuda a mejorar el tono muscular y a contrarrestar la sequedad.